Lisboa con sus
casas
de varios
colores,
Lisboa con sus
casas
de varios
colores,
Lisboa con sus
casas
de varios
colores...
a fuerza de
diferente, esto es monótono,
como a fuerza
de sentir, me quedo sólo pensando.
Si, de noche,
echado pero despierto
en la lucidez
inútil de no poder dormir,
quiero imaginar
cualquier cosa
y surge siempre
otra (porque hay sueño
y, porque hay
sueño, un montón de sueño),
quiero alargar
la vista con lo que imagino
a través de
grandes palmares fantásticos,
pero no veo
más,
contra esa
especia de lado dentro de los párpados,
que Lisboa con
sus casas
de varios
colores.
Sonrío, porque,
aquí, echado, es otra cosa.
A fuerza de
monótono, es diferente.
Y, a fuerza de
ser yo, duermo y olvido que existo.
Sólo queda, sin
mí, que olvidé porque duermo,
Lisboa con sus
casas
de varios
colores.
Álvaro de Campos
No hay comentarios:
Publicar un comentario